"Centauro"
Y al poco se produjo el milagro. El "noble bruto" se dejó dócilmente montar por el hombre. Era como la conjunción de la fuerza y la inteligencia lo que daba lugar, nuevamente, a la legendaria figura del Centauro que caminaba con paso firme y solemne por la pista ante nuestra sorprendida mirada.
“El caballo y el jinete tienen una vida, la voluntad del hombre y el cuerpo del animal; así ninguna hazaña les detiene, ni las decisiones que deben enfrentar. De esta unión brotó toda nobleza e hidalguía; creció el tierno entendimiento por la criatura que jamás pudo el puño duro obligar a las grandes hazañas; creció el valor, yendo del jinete al caballo, y el deleite de poder alejarse al galope y velozmente superar los obstáculos que encuentran”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario